En México se tomó una decisión histórica no sólo para los movimientos progresistas, sino que también para el país. La Corte Suprema de dicha nación despenalizó el aborto.

Aprobado por unanimidad los jueces reconocen no sólo el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo, sino que la “obligación del Estado a garantizar el aborto como parte de la sanidad pública y la necesidad de acabar con la criminalización y persecución de quienes optan por interrumpir el embarazo”, indicó en una publicación el diario El País.

Esto siempre recayendo a juicio del presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar,  sobre las mujeres más pobres y marginadas. No son palabras menores en un país donde cada año se practican casi un millón de abortos clandestinos, un tercio de los cuales derivan en complicaciones que requieren atención médica urgente.

Ahora le llegó el turno al Congreso de aprobar las leyes que le den cobertura plena al sistema, y que finalmente el propio Estado garantice a la mujer la posibilidad de decir sobre su propio cuerpo.