Si hay algo que se ha convertido en un sello distintivo de nuestras celebraciones patrias son las ramadas.
Sus orígenes se remontan a la época colonial, específicamente al siglo XVI. Es que la ramada como tal fue trasplantada por campesinos modestos que se trasladaban del campo a la ciudad, reproduciendo las costumbres de sus antiguos lugares de residencia.
Así, la palabra chingana, ramada o fonda hace referencia a algo más profundo que un mero recinto físico. Además de ser centros de diversión muy populares, estos establecimientos ocasionales, expresaban una identidad campesina.
Es por esto que a partir del siglo XX, la mayoría de las celebraciones diciocheras, contempla la inauguración de las ramadas, como festejo oficial.