De apoco nuestra cultura está tomando como tema de conversación el suicidio, y no era para menos si según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cerca de 800 mil personas fallecen por este motivo y muchas más intentan suicidarse.
“Es que cada suicidio es una tragedia que afecta a una familia, a una comunidad o a todo un país y tiene consecuencias duraderas en las personas cercanas a la víctima. El suicidio no respeta edades y es la segunda causa de defunción entre los jóvenes de 15 a 29 años”, señala la OMS.
Sin embargo, lo más alarmante son los indicadores nacionales, donde Chile tiene la más alta tasa de crecimiento en suicidio, específicamente en la población infanto juvenil, estamos hablando de personas de hasta 15 años, antecedido sólo por Corea del Sur.
Ahora, si nos concentramos en temas de salud mental en la población adulta; la depresión y los trastornos de ansiedad son los principales motivos de consulta en nuestro país , junto al estrés, agotamiento físico y nervioso. De igual forma, “las consultas por diversos problemas de disfunciones sexuales o falta de ánimo al respecto son significativas”, asegura Francisco Flores, psicólogo y director de la ONG Mente Sana
O sea los chilenos estamos cada vez menos eróticos, más estresados y con jóvenes que no quieren seguir viviendo ¿ Pero a qué se debe esto? Flores plantea que el país “tiene un círculo vicioso: por un lado, altos indicadores de vulnerabilidad en salud mental, junto a políticas públicas precarias. Es decir, no hay ley aún de salud mental y el gasto público en esta área es cerca del 2,1%, a pesar de compromisos y planes para aumentarlo”. Definitivamente, un tema preocupante.
Fuente: El Mostrador